Limitar las pruebas radiológicas innecesarias en niños y las dosis reduciría el riesgo de cáncer
10-06-2013. ABC.
Limitar al máximo el número de exploraciones radiológicas en los niños y reducir las dosis de radiación cuando sí sean necesarias podría, según un riguroso ensayo que se publica en JAMA Pediatrics, reducir el riesgo de desarrollar cáncer en un futuro casi en un 62%.
Según el estudio realizado EE.UU., el uso de la tomografía computarizada de cabeza, abdomen/pelvis, tórax o columna vertebral, en niños menores de 14 años se ha duplicado en las últimas dos décadas. Dicha radiación podría aumentar potencialmente el riesgo de cáncer inducido por la radiación en estos niños en el futuro.
Los investigadores de la Universidad de California Davis (EE.UU.), advierten que las dosis de radiación ionizante que tienen estas pruebas son más altas que las de la radiografía convencional completa y están en niveles que se han relacionado con un mayor riesgo de cáncer. Los niños, señalan, son más sensibles a la carcinogénesis inducida por radiación y tienen muchos años de vida para desarrollar cáncer.
Dosis inadecuadas
«El aumento en el uso de estas técnicas radiológicas en pediatría hace que muchos niños reciben dosis inadecuadas de radiación», denuncia Diana L. Miglioretti, coordinadora del estudio. Según este trabajo, el riesgo de cáncer sólido o de leucemia variaba en función del sexo o del tipo de exploración -cabeza, columna, abdomen, pecho, etc.-.
Los autores estiman que 4.870 cánceres futuros podrían ser causados por los 4 millones de tomografías que son realizadas cada año en EE.UU. y sugieren que una reducción del 25% en la dosis media de radiación podría prevenir el 43% de estos cánceres. «Necesitamos más datos para cuándo estas técnicas pueden ofrecer mejores resultados en términos de salud pediátrica y si existen otros métodos de imagen (o sin imagen) que pueden ser igual de eficaces», señalan.
Pero, reconoce la investigadora, no se trata de demonizar las técnicas radiológicas, sino «eliminar aquellas superfluas». En su opinión, casi un tercio de estas pruebas son innecesarias. Para Miglioretti, lo sorprendente de su trabajo es que «simplemente rebajando la radiación de las dosis más altas se podría reducir los cánceres en un 43% y, si combinamos las dos estrategias, eliminar las tomografías innecesarias y limitar las dosis de radiación, se reducirían en un 62%».
En Europa, cuando la dosis para un examen supera el 75% para ese tipo de examen debe ser justificada. En España, según la Sociedad Española de Radiología Médica, se advierte que la radiación ionizante tiene efectos biológicos en el organismo de los niños, principalmente en los órganos que se encuentran en desarrollo, como son el tiroides, las mamas o las gónadas. Por ello los esfuerzos se van encaminando a la aplicación del protocolo ALARA (As Low As Reasonably Achievable - tan baja como sea razonablemente alcanzable) en lo que se refiere a la exposición a la radiación, importante a cualquier edad, pero especialmente en niños. De hecho, las normas básicas de radioprotección se sustentan en dos principios: la justificación y la optimización. El primero de ellos trata de justificar y establecer adecuadamente las indicaciones de las distintas modalidades diagnósticas que utilizan radiaciones ionizantes para una determinada patología, mientras que con la optimización, lo que se trata es de asegurar que la dosis de radiación sea tan baja como razonablemente sea posible, sin que la calidad de la imagen diagnóstica se vea mermada hasta el punto de perder su efectividad.
En el estudio del JAMA Neurology también se calcularon las dosis de radiación absorbida por cada órgano y la dosis efectiva (global) de tomografía en 744 niños entre 2001 y 2011. Las dosis de estos escáneres varían ampliamente y muchas exploraciones entregan una dosis efectiva alta de 20 mSv o más, lo que supera el límite anual establecido para las personas que trabajan con radiación en Europa.
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