El Hospital de la Ribera incorpora una nueva técnica de radioterapia
24-06-2013. ABC.
El Hospital Universitario de La Ribera (Alzira) ha incorporado a sus servicios una nueva técnica de radioterapia denominada braquiterapia que permite aplicar dosis de radiación desde el centro del tumor, lo que aumenta la eficacia del tratamiento y reduce sus efectos secundarios.
Según ha informado este centro sanitario en un comunicado, para la aplicación de esta técnica, el centro de Alzira ha adquirido el nuevo equipo Microselectrón HDR, un sistema de última generación en el que ha invertido cerca de 400.000 euros.
Este sistema, que podría ser aplicado en más de cien pacientes cada año, contempla la inserción de una cápsula radioactiva en la zona afectada por un tumor, de forma que disminuye la probabilidad de que éste reaparezca en el mismo sitio o de que las células cancerosas sobrevivan entre cada sesión de radioterapia.
La braquiterapia es un complemento de la radioterapia convencional o externa -llevada a cabo con un acelerador lineal-, ya que ésta se aplica en aquellos casos en los que no es fácil acceder hasta el tumor o éste es demasiado grande para una correcta distribución de la radiación.
Igualmente, en determinados casos ambos tratamientos se pueden combinar para complementarse y aumentar su eficacia.
Según explica Miguel Soler, jefe del servicio de Oncología Radioterápica del Hospital de La Ribera, "esta técnica ha demostrado su validez en el tratamiento de tumores como los ginecológicos, de próstata, mama, pulmón, esófago o piel pero con menor riesgo de efectos secundarios."
La braquiterapia consiste en introducir en la zona tumoral una cápsula que contiene el isótopo iridio 192, una de las sustancias radiactivas que emplea la radioterapia para tratar los tumores cancerígenos.
Previo a este implante, los especialistas llevan a cabo un examen completo de la zona tumoral mediante TAC o resonancia magnética para conocer las características del tumor, su tamaño y los tejidos circundantes de la zona.
Igualmente, realizan una simulación virtual de la sesión para conocer con exactitud su duración y las dosis adecuadas de radiación que la fuente debe emitir para conseguir la mayor efectividad.
Una vez insertada la cápsula, el isótopo libera las radiaciones necesarias para abordar el tumor siguiendo el plan de tratamiento establecido.
Al finalizar la sesión, de unos 25 minutos de duración y totalmente segura e indolora, las fuentes radiactivas son cuidadosamente retiradas del cuerpo humano, han informado las mismas fuentes.
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