Salud ordena al Clínic ceder parte de su actividad a un hospital privado
- El centro público perderá 74 camas y 17,5 millones hasta fin de año.
- El Sagrat Cor, de la multinacional IDC Salud, gran beneficiado de la operación.
- La Generalitat impone una "alianza" estratégica" entre ambas instituciones.
El hospital Clínic deberá cerrar 74 camas -un 9% del total- y reducir su presupuesto en 17,5 millones de euros de aquí a fin de año por orden del Departamento de Salud. Sometido a un recorte de tarifas y actividad e inmerso en un proceso de privatización de su gestión, la institución -centro de referencia internacional que atiende a 540.000 habitantes de Barcelona-, deberá perder peso en favor del hospital Sagrat Cor, controlado por la multinacional IDC Salud (antigua Capio). Este asumirá gran parte de la actividad de baja complejidad -la más rentable para el sector privado, según los expertos consultados- que ahora dejará de hacer el Clínic. Salud, además, quiere que esta privatización de actividad se haga con “el apoyo profesional” de los responsables del hospital público.
El director del hospital, Josep Maria Piqué, comunicó el plan al comité de empresa en una reunión el pasado jueves. Las medidas de recorte son consecuencia de la reducción del 4,6% en las tarifas que la Generalitat paga al Clínic —14 millones de euros menos al año— y de la pérdida de actividad equivalente al 1% de los ingresos anuales —3,5 millones—. Las áreas más afectadas son las de medicina interna, neumología, aparato digestivo y también la cirugía traumatológica, vascular y general, según un documento interno al que ha tenido acceso EL PAÍS. El plan de Salud no sería posible sin la “alianza estratégica” entre el Clínic y el hospital de IDC Salud.
El Sagrat Cor se configura así como el principal beneficiario de la aplicación al hospital Clínic del Plan de Reordenación Territorial (RAT), un ambicioso proyecto para redibujar el mapa sanitario catalán que Salud no ha querido detallar en su conjunto y que se está aplicando progresivamente por zonas. Las derivaciones a este centro, que ya tiene un concierto con el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) permitirán al Clínic cerrar 42 de las 74 camas fijadas y “reordenar” 2.079 altas.
Un portavoz de IDC Salud afirmó por correo electrónico que “estas coordinaciones implican una mejor adecuación de los ingresos” hospitalarios y, entre otras ventajas, también permite un “mayor control de los enfermos crónicos”. Todo ello, sigue la empresa, permite priorizar altas, reducir el número de camas necesarias y mejorar la “colaboración entre profesionales”.
Salud, por su parte, argumenta que el tijeretazo al Clínic, que el año pasado contó con un presupuesto de 441 millones de euros, obedece a los mismos criterios que se aplican en otros hospitales. “Buscamos que la actividad se haga en el lugar más adecuado y eficiente”, manifestó un portavoz.
Pero el argumento no convence a los sindicatos. “Estas medidas van contra el sistema público”, denunció Sergi Hurtado, de CC OO. “No entendemos por qué cierran camas en el Clínic, que es un hospital público, para enviarlas a uno privado”, criticó en la misma línea Ana Muela, de la Asociación Profesional de Enfermería del Clínic (APIHC). “La atención en la privada podrá ser más barata, pero la calidad no es la misma cuando los medios que se dedican son menores y se busca el beneficio económico”, abundó. El Clínic se quedará con 323.000 habitantes de su área de referencia para asistencia de baja complejidad, mientras que el Sagrat Cor asumirá unos 100.000, detallaron fuentes sindicales presentes en el encuentro con Piqué.
Salud asegura que el plan pretende aumentar la eficiencia
IDC Salud asumió la gestión del Sagrat Cor en octubre de 2011, cuando su propietario (la Aliança) pasaba por una situación financiera muy delicada. La multinacional se comprometió a invertir 27 millones de euros allí para mejorar las instalaciones. El sindicato CGT denunció que Salud pretende con esta reordenación “salvar a un grupo empresarial sanitario”.
Como parte del plan de ahorro, el Clínic dejará de suministrar medicación ambulatoria a pacientes de fuera de su área de referencia. Además, el hospital cerrará otras 32 camas y dejará de atender a un millar de pacientes gracias a cambios en el modelo de atención y “mejoras de eficiencia”, tales como potenciar la hospitalización a domicilio. También se cerrarán el 9% de las mesas quirúrgicas.
El cierre de camas obligará a desplazar internamente a 45 profesionales de enfermería e implicará una reducción en la contratación de personal suplente. También se prevé la prejubilación de una veintena de trabajadores, en su mayoría médicos mayores de 65 años. “Los pacientes y los trabajadores acabamos siempre asumiendo el coste de los recortes”, lamentó Raúl López, de UGT. El Clínic tiene una plantilla de cerca de 4.500 personas.
Buena parte del ahorro (hasta un máximo de 6,7 millones de euros) recaerá sobre los empleados, a los que la dirección prevé recortar el equivalente a la mitad de una paga mensual, una medida que empezará a negociarse con el comité de empresa la semana que viene. Además, la dirección del hospital echará mano de los recursos de Barnaclínic, el área privada del hospital, para complementar el ahorro que no pueda alcanzarse con las otras medidas.
La dirección comunicó a los representantes de los trabajadores que es “consciente” de la “complejidad de este nuevo proceso de reducción presupuestaria” y del “esfuerzo que representa”. El Clínic ya tuvo que cerrar 76 camas cuando Salud le aplicó el primer tijeretazo en 2011. IDC gestiona también del Hospital General de Cataluña, en Sant Cugat.
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