- Su indicación sistemática contribuye al hallazgo precoz de la enfermedad.
05-03-2013. Redacción Médica.
La resonancia magnética nuclear (RMN) resulta de gran utilidad en el diagnóstico precoz de la espondiloartritis anquilosante, una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a las articulaciones de la columna vertebral, ya que se muestra más sensible que otras pruebas como la radiografía o la tomografía axial computerizada (TAC). En la práctica, esto supone adelantar el diagnóstico incluso ocho años en pacientes que refieren dolor e inflamación articular pero no reflejan daños susceptibles de revelar la enfermedad en la imagen radiográfica, aunque también es cierto que la resonancia no da con el problema, pese a que exista, en el 20-30 por ciento de los casos, y entonces se recurre a otros criterios diagnósticos como, por ejemplo, la detección en el laboratorio del gen HLA-B27.
Así lo ha explicado a Redacción Médica la especialista Helena Marzo-Ortega, del Servicio de Reumatología del Hospital Leeds de Reino Unido, quien ha participado en un encuentro organizado por la compañía farmacéutica Pfizer con el aval del Grupo Español para el Estudio de la Espondiloartritis de la Sociedad Española de Reumatología en el que también ha intervenido otro reumatólogo de renombre, el griego Xenofón Baraliakos.
Hasta hace una década, la RMN no estaba indicada de forma sistemática ante la sospecha de espondiloartritis, pero su incorporación a los criterios diagnósticos de nueva cuña en la comunidad científica internacional supone un paso adelante nada desdeñable para estos enfermos, que, una vez tratados con agente biológicos o bloqueadores específicos de actividad enzimática, posibilitan, si no la remisión completa de la entidad patológica, sí, al menos, su mejor control y disminución de los síntomas y manifestaciones clínicas más incapacitantes.
“El caso prototípico es el de un varón joven que refiere edema o inflamación articular pero que no presenta daños estructurales aparentes en la imagen radiográfica; en el 70-80 por ciento de estos casos la resonancia es positiva, es decir, enseña el daño, y, a partir de ese momento, el paciente es diagnosticado y tratado”, resume Marzo-Ortega. “En el 20-30 por ciento de los casos, sin embargo, la resonancia da negativa sin que ello signifique, necesariamente, la ausencia de enfermedad, lo que demuestra que, aunque muy valiosa, todavía la resonancia no es perfecta”. Lo que sí parece probada es la mayor sensibilidad de esta prueba de imagen en relación con la radiografía y la tomografía.
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