Radiografías con cara
- Cuando esta prueba incluye la foto del paciente, se reducen los errores médicos.
16-04-2013. El Mundo.
Una medida tan sencilla como incorporar una foto de la cara del paciente en sus radiografías podría reducir los errores médicos hasta cinco veces, según un estudio que se acaba de presentar en el Congreso Anual de la Sociedad Americana de Rayos Roentgen (ARRS), que se está celebrando en Washington hasta el 19 de abril.
A simple vista, comenta uno de los autores de la propuesta, Srini Tridandapani, de la Universidad de Emory y del Instituto de Tecnología de Georgia (en EEUU), la radiografía de un paciente puede ser parecida a la de otro y si se 'traspapelan' antes de que el radiólogo las vea, es muy difícil percatarse de la confusión.
Como explica José Luis del Cura Rodríguez, vicepresidente de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), "los errores de confusión de personas pueden darse, primero, porque el paciente que entra para ser atendido no es la persona a la que se ha llamado, porque el técnico marque la prueba con otro nombre o incluso porque haya dos personas que se llamen igual". Para evaluar las radiografías, "los médicos no vemos a los pacientes, por lo que sería muy difícil ya detectar el posible error; aunque si los datos clínicos no nos cuadran con la radiografía, solemos preguntar".
Lo cierto, subraya el experto español, es que este tipo de errores de identidad son muy poco frecuentes. Según Tridandapani, ocurren en uno de cada 10.000 casos. Con el objetivo de evitarlos, puso en marcha esta investigación, en la que participaron 10 radiólogos que tenían que interpretar 20 pares de radiografías, con y sin imagen del paciente. En el 'juego' se incluyeron entre dos y cuatro parejas de pacientes que no concordaban. Cuando llevaban incluida la fotografía del individuo, los radiólogos enseguida identificaron el error (en el 64% de los casos), pero cuando esta prueba no iba acompañada de la imagen, sólo se detectaba la confusión en el 13% de los casos.
En este primer experimento, asume el autor del trabajo, los radiólogos desconocían el objetivo del estudio. De hecho, pensaban que la inclusión de la fotografía era para medir su grado de distracción. A pesar de esto, los resultados fueron positivos, pero Tridandapani quería corroborarlo. "Hicimos una segunda prueba", esta vez con cinco especialistas que sí eran conscientes de la idea del estudio. "Les dijimos que trabajaran sirviéndose de las fotografías". Detectaron la confusión entre radiografías y pacientes en el 94% de las ocasiones.
Como él mismo cuenta, a Tridandapani se le ocurrió la idea un día que recibió "una llamada en mi teléfono y supe quién era porque tenía su foto asociada". Fue ahí cuando se le ocurrió que "podría ser útil trabajar con las caras de los pacientes" impresas.
Además, las fotografías economizan tiempo. Por alguna razón, "la imagen del paciente proporcionaba pistas clínicas que ayudaban al radiólogo a determinar un diagnóstico", señala el investigador.
En este estudio, el equipo de Tridandapani usaba una cámara de fotos para tomar las instantáneas de los pacientes justo después de realizarse la prueba radiológica. Pero para agilizar la práctica clínica, han desarrollado un sistema a través del cual la cámara se puede conectar al aparato de radiología.
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