- El servicio pretende contar antes de final de año con una sala de terapias metabólicas para sustituir la quimioterapia y la radioterapia por otros tratamientos
21-05-2014. Información.
El servicio de Medicina Nuclear del Hospital del Vinalopó ha incorporado dos nuevas técnicas encaminadas a la detección de tumores de pequeño tamaño que habitualmente no pueden diagnosticarse a través de las técnicas de imagen convencionales. En concreto, estas nuevas pruebas están dirigidas a la localización de tumores de próstata y neuroendocrinos (de la zona del páncreas). «Son técnicas más sensibles y específicas y que ofrecen más concreción que las imágenes que aportan el TAC o la resonancia magnética, con lo que podemos tener un diagnóstico más exacto y se puede adaptar el tratamiento a cada paciente», explicó Pedro González, jefe de servicio de Medicina Nuclear.
Concretamente, la técnica consiste en la administración al paciente de una sustancia con contraste que emite una pequeña radiación que permite facilita la mejor visualización de las lesiones que dependen del tumor. «Y con ello sabemos si hay metástasis o no. Esta técnica está indicada, por ejemplo, para pacientes en los que vemos que han aumentado los índices tumorales, pero no somos capaces de ver la enfermedad con los procedimientos habituales», indicó González, quien remarcó que en el caso de los tumores neuroendocrinos «suelen provocar diarreas, hipertensión, acaloramientos, pero son difíciles de localizar. Por eso, con estas nuevas técnicas los hallazgos serán más sencillos».
El servicio de Medicina Nuclear del Hospital del Vinalopó cumplió ayer el tercer aniversario desde su puesta en funcionamiento. Durante ese periodo, por el servicio han pasado cerca de 14.000 pacientes (5.000 gammagrafías, 500 pruebas de ganglio centinela y más de 6.700 pet-tacs).
A pesar de que se trata de un servicio de última generación, el objetivo del responsable del mismo es disponer antes de final de año de una sala de terapia metabólica para sustituir la quimioterapia o la radioterapia convencional por un contraste que se usa también como tratamiento. «Contamos con el visto bueno de los responsables de Vinalopó Salud y la idea es que esté en funcionamiento a lo largo de este año», indicó el jefe de un servicio que cuenta además con otro facultativo, dos técnicos, un enfermero y un administrativo.
El servicio de Medicina Nuclear del Hospital del Vinalopó ha incorporado dos nuevas técnicas encaminadas a la detección de tumores de pequeño tamaño que habitualmente no pueden diagnosticarse a través de las técnicas de imagen convencionales. En concreto, estas nuevas pruebas están dirigidas a la localización de tumores de próstata y neuroendocrinos (de la zona del páncreas). «Son técnicas más sensibles y específicas y que ofrecen más concreción que las imágenes que aportan el TAC o la resonancia magnética, con lo que podemos tener un diagnóstico más exacto y se puede adaptar el tratamiento a cada paciente», explicó Pedro González, jefe de servicio de Medicina Nuclear.
Concretamente, la técnica consiste en la administración al paciente de una sustancia con contraste que emite una pequeña radiación que permite facilita la mejor visualización de las lesiones que dependen del tumor. «Y con ello sabemos si hay metástasis o no. Esta técnica está indicada, por ejemplo, para pacientes en los que vemos que han aumentado los índices tumorales, pero no somos capaces de ver la enfermedad con los procedimientos habituales», indicó González, quien remarcó que en el caso de los tumores neuroendocrinos «suelen provocar diarreas, hipertensión, acaloramientos, pero son difíciles de localizar. Por eso, con estas nuevas técnicas los hallazgos serán más sencillos».
El servicio de Medicina Nuclear del Hospital del Vinalopó cumplió ayer el tercer aniversario desde su puesta en funcionamiento. Durante ese periodo, por el servicio han pasado cerca de 14.000 pacientes (5.000 gammagrafías, 500 pruebas de ganglio centinela y más de 6.700 pet-tacs).
A pesar de que se trata de un servicio de última generación, el objetivo del responsable del mismo es disponer antes de final de año de una sala de terapia metabólica para sustituir la quimioterapia o la radioterapia convencional por un contraste que se usa también como tratamiento. «Contamos con el visto bueno de los responsables de Vinalopó Salud y la idea es que esté en funcionamiento a lo largo de este año», indicó el jefe de un servicio que cuenta además con otro facultativo, dos técnicos, un enfermero y un administrativo.
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