Crean un dispositivo que mejora las habilidades motoras tras un accidente cerebrovascular
2-12-2013. Qué!.
2-12-2013. Qué!.
Mediante el uso de un dispositivo de rehabilitación nuevo que convierte los pensamientos de un individuo en impulsos eléctricos para mover las extremidades superiores, los pacientes con accidente cerebrovascular registraron mejoras en su función motora y su capacidad para realizar actividades de la vida diaria, según los resultados de una investigación, que se presentan este lunes en la reunión anual de la Sociedad Norteamericana de Radiología (RSNA, en sus siglas en inglés).
"Cada año, cerca de 800.000 personas sufren un accidente cerebrovascular nuevo o recurrente en Estados Unidos y el 50 por ciento de ellos tiene algún grado de discapacidad de las extremidades superiores", resalta el director de Neuroimagen Funcional en Radiología en la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos, Vivek Prabhakaran. "Sesiones de rehabilitación con nuestro dispositivo permiten a los pacientes lograr un nivel adicional de recuperación y una mejor calidad de vida", resume.
El doctor Prabhakaran, junto con el coinvestigador principal Justin Williams, y un equipo multidisciplinario, construyó el nuevo dispositivo de rehabilitación emparejando un sistema de estimulación eléctrica funcional (FES, en sus siglas en inglés), que se utiliza en la actualidad para ayudar a los pacientes con ictus a recuperar la función de los miembros, y una interfaz de control cerebral
(BCI, en sus siglas en inglés), que proporciona una ruta de comunicación directa entre el cerebro y este dispositivo de estimulación periférica.
En un sistema FES, se utilizan las corrientes eléctricas para activar los nervios en las extremidades paralizadas. Mediante el uso de una computadora y una tapa del electrodo colocada en la cabeza, el nuevo dispositivo BCI-FES
(llamado 'Activity-Triggered Stroke Rehabilitation Device Closed-Loop Neural') interpreta los impulsos eléctricos del cerebro y transmite la información a la FES.
La FES es una técnica pasiva en la que los impulsos eléctricos mueven las extremidades de los pacientes. "Cuando se le pidió a un paciente con nuestro dispositivo que imaginara o tratara de mover su mano, el BCI traduce la actividad cerebral en una señal que desencadena la FES. Nuestro sistema añade un componente activo a la rehabilitación mediante la vinculación de la actividad cerebral al dispositivo de estimulación periférica, que da a los pacientes un control directo sobre sus movimientos", detalla Prabhakaran.
El equipo de Wisconsin realizó un pequeño ensayo clínico de su dispositivo en ocho pacientes con una mano afectada por un derrame cerebral, que también sirvieron como grupo de control mediante el uso de su mano normal, no alterada. A pesar de haber recibido tratamiento de rehabilitación estándar, tenían diversos grados de déficit motores residuales en sus extremidades superiores y cada uno se sometió a entre nueve y 15 sesiones de rehabilitación de dos a tres horas con la nueva herramienta durante un periodo de tres a seis semanas.
Los pacientes también se sometieron a imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) e imágenes de tensor de difusión (DTI, en sus siglas en inglés) antes, a mitad, al final y un mes después de la fase de rehabilitación. fMRI muestra que se activan áreas del cerebro mientras el paciente realiza una tarea y DTI revela la integridad de las fibras dentro de la materia blanca que conecta las zonas funcionales del cerebro.
Los pacientes que sufrieron un accidente cerebrovascular de gravedad moderada notaron mayores mejoras en la función motora después de las sesiones de rehabilitación y aquellos diagnosticados con eventos cerebrovasculares leves y graves mejoraron su capacidad para completar las actividades de la vida diaria después de la rehabilitación.
Una comparación de los resultados pre y postrehabilitación reveló una reorganización en las regiones del cerebro responsables de la función motora y un fortalecimiento gradual de la integridad de los tractos fibrosos. "Nuestra esperanza es que este dispositivo no sólo reduzca el tiempo de rehabilitación de pacientes con accidente cerebrovascular sino también que resulte en un mayor nivel de recuperación que el logrado con la atención actual estándar", concluye Prabhakaran.
El doctor Prabhakaran, junto con el coinvestigador principal Justin Williams, y un equipo multidisciplinario, construyó el nuevo dispositivo de rehabilitación emparejando un sistema de estimulación eléctrica funcional (FES, en sus siglas en inglés), que se utiliza en la actualidad para ayudar a los pacientes con ictus a recuperar la función de los miembros, y una interfaz de control cerebral
(BCI, en sus siglas en inglés), que proporciona una ruta de comunicación directa entre el cerebro y este dispositivo de estimulación periférica.
En un sistema FES, se utilizan las corrientes eléctricas para activar los nervios en las extremidades paralizadas. Mediante el uso de una computadora y una tapa del electrodo colocada en la cabeza, el nuevo dispositivo BCI-FES
(llamado 'Activity-Triggered Stroke Rehabilitation Device Closed-Loop Neural') interpreta los impulsos eléctricos del cerebro y transmite la información a la FES.
La FES es una técnica pasiva en la que los impulsos eléctricos mueven las extremidades de los pacientes. "Cuando se le pidió a un paciente con nuestro dispositivo que imaginara o tratara de mover su mano, el BCI traduce la actividad cerebral en una señal que desencadena la FES. Nuestro sistema añade un componente activo a la rehabilitación mediante la vinculación de la actividad cerebral al dispositivo de estimulación periférica, que da a los pacientes un control directo sobre sus movimientos", detalla Prabhakaran.
El equipo de Wisconsin realizó un pequeño ensayo clínico de su dispositivo en ocho pacientes con una mano afectada por un derrame cerebral, que también sirvieron como grupo de control mediante el uso de su mano normal, no alterada. A pesar de haber recibido tratamiento de rehabilitación estándar, tenían diversos grados de déficit motores residuales en sus extremidades superiores y cada uno se sometió a entre nueve y 15 sesiones de rehabilitación de dos a tres horas con la nueva herramienta durante un periodo de tres a seis semanas.
Los pacientes también se sometieron a imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) e imágenes de tensor de difusión (DTI, en sus siglas en inglés) antes, a mitad, al final y un mes después de la fase de rehabilitación. fMRI muestra que se activan áreas del cerebro mientras el paciente realiza una tarea y DTI revela la integridad de las fibras dentro de la materia blanca que conecta las zonas funcionales del cerebro.
Los pacientes que sufrieron un accidente cerebrovascular de gravedad moderada notaron mayores mejoras en la función motora después de las sesiones de rehabilitación y aquellos diagnosticados con eventos cerebrovasculares leves y graves mejoraron su capacidad para completar las actividades de la vida diaria después de la rehabilitación.
Una comparación de los resultados pre y postrehabilitación reveló una reorganización en las regiones del cerebro responsables de la función motora y un fortalecimiento gradual de la integridad de los tractos fibrosos. "Nuestra esperanza es que este dispositivo no sólo reduzca el tiempo de rehabilitación de pacientes con accidente cerebrovascular sino también que resulte en un mayor nivel de recuperación que el logrado con la atención actual estándar", concluye Prabhakaran.
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